Una dieta adecuada durante la reparación de los tejidos será uno de los elementos clave en la rapidez con que la herida cure y ayudará al cuerpo a combatir infecciones. Por el contrario, una alimentación insuficiente o inadecuada podría interferir en una correcta evolución de la curación.
Ahora que ya conocemos la importancia de un adecuado estado nutricional para la cicatrización de heridas, expondremos una serie de pautas alimentarias que facilitarán este proceso:
- Debemos mantener un balance energético adecuado, evitando el sobrepeso y la obesidad, por lo que la ingesta calórica, en condiciones normales, oscilará entre 25 y 35 Kcal/kg/día.
- La ingesta de proteínas debe suponer entre el 10 y el 20% de la ingesta diaria. Se recomienda que el 60% del consumo sean proteínas de alto valor biológico, como son las carnes, aves, pescados y huevos; y el 40% restante sean proteínas de origen vegetal, provenientes de legumbres, cereales y frutos secos.
- Los hidratos de carbono deben constituir entre un 50-55% de la ingesta total. Dentro de este grupo predominarán los hidratos de carbono complejos, los cuales están presentes en alimentos como pasta, patatas y cereales, frente a los simples (azucares y derivados), que representarán menos del 10% de las calorías totales.
- En cuanto a las grasas, suponen un entre el 30-35% de la ingesta diaria total. Las grasas saturadas deben suponer menos del 10% de la ingesta (carnes, embutidos, lácteos semidesnatados o desnatados) y alrededor de un 10% grasas poliinsaturadas (pescados azules, frutos secos…) y con predominio de grasas monoinsaturadas (aceite de oliva virgen extra). En cuanto a la ingesta de colesterol será menor de 300 mg/día.
- Es importante también realizar un adecuado aporte de líquidos, ingiriendo alrededor de 30ml/kg de peso, con un mínimo de ingesta de 1500 ml/día, en condiciones normales.
- Debemos poner especial cuidado en la ingesta de aceites de origen vegetal (que no sean de oliva), así como aceites y grasas de origen desconocido, margarinas y mantequillas, carnes grasas, embutidos, azúcares refinados, bollería industrial y alimentos procesados.
- La dieta debe ser rica en frutas y verduras, ingiriendo al menos 3 raciones de fruta diarias y 2 de verduras.
En términos generales el cuidado nutricional en los procesos de cicatrización se centra en la calidad de los nutrientes más que en su cantidad.
Cabe destacar que, debemos tener en cuenta que estas pautas son en líneas generales, y que las necesidades nutricionales pueden verse modificadas en situaciones especiales, por lo que, ante todo, deben tener en cuenta las recomendaciones dietéticas de su médico.
BIBLIOGRAFÍA
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