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25/06/2018 CMUC Admin

INTRODUCCIÓN

Las mujeres padecen hasta cuatro veces más problemas en los pies que los hombres y uno de los motivos principales se debe al uso de zapatos de tacón.

Estamos acostumbrados a elegir el calzado por pura estética, sin preocuparnos si nos molesta o nos incomoda. Cuando compramos un calzado que nos molesta, incluso llegamos a pensar que con el tiempo nuestro pie se amoldará a este, pero ¿realmente nos paramos a pensar cómo puede afectarnos un zapato con tacón excesivo?.

Antes de adentrarnos a hablar sobre el tema debemos comprender algunos conceptos del cuerpo humano. El organismo siempre buscará una posición estática en la que se sienta cómodo y así evitar el dolor. Cuando hay algún cambio, ya sea externo (del medio) o interno (del propio organismo) el ser humano intenta adaptarse a dicho cambio, aunque a veces esta reorganización camufle el origen del problema sin llegar a solucionarlo. Explicamos mejor con un ejemplo, cuando sufrimos un esguince de tobillo, los ligamentos sufren e inconscientemente cambiamos el patrón de marcha, esto puede llegar a producir problemas en la carga del pie. Entonces hay que entender que los mecanismos fisiológicos de nuestro organismo están en continuo movimiento y tiene como objetivo adaptarse a las condiciones del medio, ya sean externos al organismos o internos a él.

Como factores externos podemos destacar los complementos, como por ejemplo plantillas, muletas o lo que nos ocupa en este lugar el calzado, concretamente el de tacón [1].

El zapato de tacón presenta una inclinación considerable al contactar el talón con el suelo. Para medir la longitud del tacón debemos tomar como referencia la parte posterior del mismo y su punto más bajo en los metatarsianos, como resultado obtendremos la altura real del tacón. Si unimos estos dos puntos, veremos la inclinación que presenta el pie.

Los tacones pueden variar en altura desde los 1 o 2 cm hasta alturas de 9 o 10 cm. Aunque estéticamente nos resulten atractivos, un tacón modifica la posición del pie, variando la postura y modificando las cargas en él.

Normalmente este tipo de calzado suele ser incómodo y provoca problemas directos en los pies y espalda (entre otras localizaciones) por lo que se desaconseja totalmente su uso diario. Se recomienda un tacón de 2 cm aproximadamente para mejorar el reparto de cargas en el pie. Los tacones que sean de más de 4 cm están contraindicados porque comienzan a verse cambios en las cargas [3].

ESTADÍSTICAS

Hay diversos estudios experimentales que analizan los cambios posturales, consecuencias, etc. Uno de ellos analizó los trastornos que pueden llegar a causar los zapatos de tacón en mujeres. Participaron 30 mujeres que usaban zapatos de tacón a diario, de media unas 4 horas al día, un total de 34 horas semanales. Los resultados obtenidos son impactantes:

  • Un 57% de los pacientes manifestaron después de una semana una pérdida de equilibrio con los ojos cerrados durante los 10 segundos.
  • El uso de tacones con una altura de 8 cm o más crea trastornos en el equilibrio, además de desviaciones posturales en la rodilla, cadera y retracciones en la musculatura [4].

Otro estudio reciente del año 2013 analiza la repercusión del uso de zapatos de tacón en adolescentes, en el cuál concluye que el uso de este calzado puede causar daños temporales y permanentes, dependiendo del tiempo y frecuencia de uso. Un factor determinante también es la altura del tacón, aunque repercute más la frecuencia de uso que la altura [5].

COMPLICACIONES

Hay estudios realizados sobre la distribución de las cargas en el pie cuando utilizamos un tacón y dichas investigaciones concluyen en que la carga en la parte del antepie se ve muy aumentada y por el contrario disminuido en el talón, es decir, apoyamos casi todo nuestro peso en la zona de los metatarsianos (véase la imagen de abajo).

Además, el tacón es una superficie inclinada que por inercia hace que los dedos se desplacen hacia delante, provocando así problemas en ellos, ya sean rozaduras, ampollas o deformidades tales como dedos en garra, aparición de «hallux valgus» (conocido como juanete), seguido de un amplio abanico de problemas [6].

Otra investigación concluyó que ocho de cada diez mujeres estadounidenses se quejan de enfermedades en los pies causadas por el calzadoCon tacones bajos, el peso del cuerpo se distribuye más adecuadamente; al caminar con tacones altos, 75% del cuerpo descansa en los metatarsos, y también se atribuye al uso de calzado de tacón que 70% de las mujeres padezca envejecimiento prematuro de los discos de la columna [7].

¿QUÉ OCURRE EN LAS ESTRUCTURAS CUANDO LLEVAMOS TACONES?

El uso de un tacón excesivo no solo nos va a producir problemas a priori, sino que a largo plazo puede acarrear consecuencias más graves. Estas lesiones no solo se producen en el pie, estos se extienden al tobillo, rodilla, cadera e incluso en la columna vertebral, y van a afectar en la marcha.

Vamos a ver punto por punto qué provoca en las diferentes estructuras del cuerpo su uso:

  • Pie:
    En principio provoca una sobrecarga en la parte del antepie (zona metatarsal), ya que al ser un plano inclinado el peso del cuerpo se desplaza hacia delante dañando la parte de los metatarsianos y predispone a sufrir «hallux valgus» (conocido popularmente como juanete) y «hallux rigidus» (rigidez en el dedo). A parte de estas consecuencias, normalmente el calzado de tacón suele ser estrecho, con lo que se pueden producir deformidades en los dedos, como por ejemplo, los dedos en garra, entre otros. Además de complicaciones en la piel como callosidades o durezas como consecuencia de un aumento de presión en la misma zona.
  • Tobillo:
    Al llevar un tacón elevado el tobillo tiene que realizar una flexión plantar exagerada, como consecuencia tenemos desequilibrios musculares e inestabilidad en la articulación, por lo que predispone a sufrir torceduras, esguinces y fracturas.
  • Pierna:
    La musculatura posterior está contraída ya que el talón está elevado. El cuerpo intenta compensar el desequilibrio que provoca el tacón, y para contrarrestar esta plantarflexión del tobillo, el músculo tibial anterior tiene que aumentar su actividad, por lo que puede haber problemas en este músculo a la larga.
  • Rodilla:
    Se realiza una flexión de la rodilla y con esto la actividad del cuádriceps aumenta, incrementando así la tensión en la rótula y produciendo una tensión excesiva en la articulación que a la larga suscita la aparición de artrosis (desgaste del cartílago presente en la articulación).
  • Cadera:
    Se produce una flexión e inclinación de la cadera [8].
  • Columna:
    Aumenta la curvatura dorsal (cifosis) y lumbar (lordosis). La mayor parte de los dolores de espalda se localizan en la zona lumbar, ya que los tacones obligan a modificar la postura y aumentar dicha curva, con lo cual aumenta la sobrecarga en la zona.

Es lógico pensar que con todos estos cambios la marcha se ve alterada a muchos niveles. Por ejemplo, cuando vamos a dar el paso y vamos a despegar el pie, necesitamos propulsarnos y realizar una flexión del mismo para que el pie se propulse, pero cuando llevamos un tacón excesivo ese movimiento se ve muy reducido. Disminuye la longitud del paso y crea inestabilidad en la marcha.

CONCLUSIONES:

El calzado de tacón puede ser estéticamente más atractivo, pero a la larga puede conllevar a alteraciones severas a todos los niveles de nuestro cuerpo. Aconsejamos elegir un calzado que tenga un tacón de 2 cm, aquellos que superen los 4 cm pueden producir daños. Para finalizar el artículo, les rogamos que la elección del calzado se elija con el pie y no con la vista, ya que los pies son una de las partes de nuestro cuerpo a las que menos atención prestamos, pero juegan un papel fundamental en nuestra salud y bienestar.

BIBLIOGRAFÍA

1. Leopold Busquet. Las cadenas musculares. Lordosis, cifosis, escoliosis y deformaciones torácicas. 7.a ed. PAIDOTRIBO; 7 – 12.
2. Linder M, Saltzman CL. A history of medical scientists on high heels. Int J Health Serv. 1998;28(2):201-25.
3. Hidalgo RS, Tajes AF, Rosende BC, García BF, Martínez NF, Sánchez RR. Estudio de la altura recomendada del tacón. El Peu. 2005;25(2):73-78
4. Dernival Bertoncello, Cristina dos Santos Cardoso de Sá, Vanessa Linhares Lemos AHC. Equilibrium and muscle retraction in young female students users of high-heeled shoes. Fisioter Pesqui. junio de 2009;vol.16(no.2):506-11.
5. Silva AM, de Siqueira GR, da Silva GAP. Implications of high-heeled shoes on body posture of adolescents. Rev Paul Pediatr. junio de 2013;31(2):265-71.
6. Alemany SM, Nácher BF. Estudio morfológico del pie aplicado al diseño funcional del calzado de tacón. IBV. 2003; 38: 15-19.
7. C. Frey, F. Thompson, J. Smith, M. Sanders y H. Horstman. “American Orthopaedic Foot and Ankle Society: Women’s Shoe Survey”. Foot & Ankle, 14, 2, (1993): 78-81.
8. Ruiz-Ibán MA, Elías-Martín M, Ruiz-Fernández JA. Efecto del uso de tacones altos sobre la inclinación pélvica en el plano sagital. Revista Mexicana de Medicina Física y Rehabilitación 2005; 17: 41-46.